miércoles, 18 de julio de 2007

Análisis descriptivo y prescriptivo sobre el perfil del sector educativo del departamento de Bolívar


“la cuestión no se reduce a un simple problema de redistribución económica,
sino que también implica el reto de redistribuir el poder social y político”
(Ana María Bejarano p. 52).

“el conocimiento es poder (...) el sistema escolar ha fracasado a la hora de dar
respuesta a las cambiantes necesidades sociales –ha sido a la zaga de ellas
en lugar de dirigirlas” (Jesús Palacios. p. 4).

Las dos citas anteriores nos muestran un panorama general sobre el Estado de la educación en Colombia, y en Latinoamérica. La politóloga Bejarano nos muestra en un exhaustivo artículo sobre el fortalecimiento del la democracia en el Estado colombiano, cómo las diferentes élites de poder son hoy día instancias desde las cuales se debe entablar un diálogo, más que emprender su eliminación. Todos los seres humanos, como bien sabemos sustentar desde la psicología desde el discurso contemporáneo, aspiran al poder, y necesitan de él para lograr ciertos beneficios para sus comunidades, sus familias y para sí mismos. Todos tenemos lo que se podría denominar un interés en particular.

El debate que se busca emprender no tiene por hilo conductor necesariamente un propósito moralista de juzgar de bien o mal lo que hasta ahora, en materia de educación, y específicamente en el Departamento de Bolívar se ha propuesto; más bien, pretende acercarse a una reflexión práctica sobre la realidad de las políticas públicas y el modo cómo se vinculan los distintos actores sociales en su proceso. La ley general de la Educación como producto de la reforma constitucional de 1991 serán el fondo del propósito, de quien escribe, por analizar de manera crítica y a la luz de los conceptos básicos y perspectivas de quienes dominan el tema en materia de políticas públicas la situación del perfil del sector educativo del Departamento de Bolívar.

El trabajo consta de una breve descripción de la situación en términos estadísticos de la situación educativa del país, posterior a ello realizaré una sucinta presentación de la Revolución educativa, inspirado en la Ley 115; para luego entrar en detalles, también concisos, sobre el perfil del sector educativo será necesario hacer uso de los conceptos y las perspectivas de análisis de los politólogos y demás estudiosos del área. Haciendo mérito a mi profesión, acotaré el análisis desde lo que la disciplina psicológica puede enmendar como justo y pertinente, dejando abierto el espacio, como afirma Ferri Durá desdela Universidad Complutense de Madrid, tanto para una discusión metodológica pluridisciplinaria, como un complemento desde lo transdisciplinario.



La opinión que hacen del tema de políticas públicas Gordon, Lewin y Young en 1977 es la razón por la cual denomino a mi estudio descriptivo y prescriptivo. Con descriptivo quiero señalar el afán por realizar un análisis de el Sector educativo del Departamento de Bolívar, y lo referente al prescriptivo, es que todo análisis de políticas públicas debe instar a la proposición, por tanto esto se logrará en un análisis alterno al anterior, para el Sector Educativo del departamento en cuestión.

Sobre la situación actual del país en el sector educativo en términos estadísticos y las razones históricas de su fomento:

En la publicación Políticas publicas para mejorar la salud y la educación de las personas nos comentan a nivel mundial que existen alrededor de 680 millones de niños en edad de escolarización primaria de los cuales 115 millones no asisten a la escuela entre los que tres quintas partes de los cuales son niñas.

En el caso Colombia, una reciente publicación de la Revista La nota económica presenta el informe de la economía Colombiana del 2004[1], y los datos estadísticos que la situación del país en materia educativa señala apuntan a definir que la población de mayor urgencia en atención es la de jóvenes de 15 años, es decir, nuestros adolescentes. A su vez, nos muestra un decremento histórico constante entre los diferentes niveles educativos, presentando mayor cobertura la básica primaria, pero presentando una desigualdad estructural la educación superior. Por ejemplo, el analfabetismo de las personas de 15 años y más, que se comentó anteriormente, (ECV 1997-ECV 2003) entre el periodo de 1997 y el 2003 tuvo un incremento en los últimos años, siendo la más perjudicada la población rural[2].

En 1997 se cuatriplicaba la diferencia entre alfabetizados y no alfabetizados entre la zona rural y la urbana, siguiendo llevando la peor parte la zona rural, nuestro campesinado. Seis (6) años después, en el 2003 no era mucha la diferencia ni logros obtenidos. En 1997 se registraba la variable de analfabetismo en un total nacional del 9.6% frente a un 7.9% en el 2003. Estas cifras toman significativa diferencia en el sector urbano que registra un 5.3% en 1997, frente a un 4.7% en el 2003 del mismo sector. Y en el sector rural se muestra en 1997 un 22.7 % frente a un 18 % en el 2003.

Lo que podemos anotar al respecto es que si este sigue siendo el ritmo de crecimiento de alfabetización de nuestros colombianos, tendremos que esperar sobre estos cálculos aproximadamente 60 años para que nuestra población esté completamente alfabetizada.

Se hace necesario constatar estas cifras con el índice de incremento de población, con el objeto de confrontar la exigencia que en términos sólo de cobertura se tendrá en las siguientes décadas. Según reporta el informe las proyecciones de la población de hombres para el 2015 será de 24.629.100 y de mujeres de 25.030.600; para el 2025 de hombres será de 27.039.700 y de mujeres de 27.550.600. Esto implica en correlación con el año 2000 un incremento poblacional para el 2015 en total de 9.752.400 personas, y para el 2025 de 14.583.000. Surge simplemente la pregunta de si no podemos tener una mejora en los índices de atención educativa con nuestra población actual, menos se podrá con la que se proyecta venir, a menos que decidamos trabajar por el fortalecimiento de la estructura educativa del país.

Ahora bien, lo que podemos decir del Departamento de Bolívar es que “la población objetivo del Sistema Educativo es superior a los 840.000 niños y jóvenes de 5 a 23 años de edad, con casi un 72% de ellos entre 5 a 17 años” (Perfil del sector educativo del departamento de Bolívar).

Como constan los datos sólo Cartagena del departamento de Bolívar el incremento poblacional de niños y jóvenes de edad escolar (5-17 años) sobrepasa los 5.000 por año, lo que significa que se requieren 10.000 cupos si de garantizar la cobertura se trata. En cuanto a educación superior estamos hablando de un aproximado de 240.000 jóvenes, con una tasa de crecimiento anual de 2.300.

Por otra parte, los porcentajes de matrícula por niveles educativos registran que “Del 100% de matrícula de Bolívar, el 46% corresponde a Cartagena, el 7% a Magangue y el 48% al resto del Departamento”. (Perfil del sector educativo. Departamento de Bolívar), desprendiendo de allí varias conclusiones a las que hacen alusión: pese a que la cobertura del sistema educativo a los niños es alta en Magangue (96% posiblemente por extraedad) y en el resto de Bolívar (95%), pero es en Cartagena donde presenta una tasa diferencial del 16-17%. Pero Cartagena tiene mayor cobertura, aunque no la mejor de la región, en básica secundaria, con un 87%, a diferencia de Magangue con un 69%; lo cual indica una disminución en un 17% en Manangue de básica primaria a básica secundaria, y un incremento de la cobertura en Cartagena del 8%.

Sin embargo, la prioridad de Cartagena debe dar prioridad a la continuidad de los estudios de básica secundaria, a un promedio de 11.000 niños que según el Perfil Educativo del Departamento, no están asistiendo. Por otra parte, según el informe le corresponde un aumento de la cobertura en 10.00 jóvenes, y en tercer lugar, una mayor recepción de 4.500 niños que no están ingresando a los grados de transición. Al respecto, el director de Fedesarrollo aduce en su publicación Educación y desarrollo económico que son necesarias dos tipos de educación en nuestro sector, una que garantice la alfabetizacion, y otra que permita la continuidad hacia la formación universitaria.

Respecto a Magangue, le corresponde dar prioridad a lograr la continuir de estudios de básica secundaria a 4.500 niños que tampoco acceden, y a mejorar la cobertura en la media a 2.000 jóvenes que no continúan su proceso. Por otra parte, tiene 100 niños que no llegan al grado de transición.

Para el resto del Departamento debe concentrar sus esfuerzos en la matrícula básica secundaria donde se encuentran 50.000 niños por fuera del sistema, y les corresponde “impulsar” a más de 15.000 niños que pese a que ingresan a la básica primaria no la culminan. Respecto a los cursos de transición hay por fuera 1.400 niños sobre los que se tiene una deuda social.

Respecto a la estructura del sector educativo, el 96.5% responde al sector oficial, siendo obvia la razón de la deserción para escuelas de este sector.

Por último, resaltan “la baja cobertura en transición, la baja deserción en primaria y la alta deserción en todos los grados de la secundaria y la media. Los picos de 1° y 6° indican alta repitencia en estos grados”. El 89% de los estudiantes termina la primaria y únicamente el 46% completa la media. (Perfil del sector educativo del departamento de Bolívar. P. 1).

Y como si fuera poco no solo el Departamento de Bolívar se muestra ineficiente frente a la demanda poblacional de su territorio, sino frente a los que llegan de otras partes del país en condición de desplazados, siendo este departamento uno de los más grandes expulsores, pero paradójicamente a su vez, receptores de este grupo poblacional.

Por otra parte, la valoración que recibe la educación hoy día no ha sido así siempre. La educación, al menos en los imaginarios colectivos de los habitantes históricos de Colombia ha tenido muchos fondos e intereses. Según Busnell, en su texto Colombia, una nación a pesar de sí misma, sin pretenderlo logra visializar 4 razones históricas por las cuales la educación no siempre ha sido una oportunidad de desarrollo para el país, como lo es hoy día. La educación, según comenta históricamente ha tenido varios motivos fundados por parte de las grandes élites políticas.

La primera es que la inversión social dentro de la cual se encuentra la educación, es minusvalorada en términos de impacto social por el imperativo categórico histórico de los recursos destinados para el fortalecimiento militar. Esta afirmación la desarrolla Bejarano, cuando afirma que “Los mayores compromiso del Estado en materia de seguridad y de defensa van claramente en contravía de otra áreas de acción estatal, en particular del gasto social” (Fortalecer el Estado para recuperar la democracia p. 74).

Por otra parte, la primera vez que aparece la educación como “necesidad social”, es disfrazada por los intereses españoles de colonizar nuestras tierras, para lo que envían misiones a nuestra patria para que se encarguen de ello. De este modo, el imaginario colectivo soporta la tradición de que algo propio, se desea borrar con la educación.

Como tercer razón histórica, tenemos el modo cómo es movilizada de modo condicionado por los partidos políticos, convirtiendo el derecho a la educación, en un refuerzo positivo de quienes votaran por el partido político que la ofreciera. Esta estrategia fue utilizada como bien se recuerda entre otros tantos por el Gobierno de Mosquera. Y como cuarta razón, tenemos que las mismas injusticias que realiza el Estado en torno a la distribución de la riqueza en el país a través de la inversión social, limitan a los analfabetas al voto, como si las necesidades se expresaran a través de un lenguaje lógico, y como si la lógica misma implicara la conciencia de saber qué se desea para el bienestar personal y social.

Existe un imperativo social, respecto al tema de la educación como es notorio ya que existe una correlación entre el pobre desempeño de la educación y el lento crecimiento económico en América Latina, como lo hace constar Cuellar en un texto sobre el cual volveremos más adelante.

Sobre los asuntos que tocan la Revolución educativa:

Intentar definir completamente este marco es una pretensión a la que no me puedo comprometer por lo extensivo del tema, y por el oficio que me caracteriza. Sin embargo, lo que a continuación encontrarán es un breve bosquejo de la Ley 115, su decreto 1860, y notas complementarias de lo que la ley nos sigue afirmando al respecto desde la ley 30, 749, 715, de tal modo que podamos visionar el horizonte colombiano en su abstracción, para poder extrapolar elementos legales en el análisis del Perfil del Sector educativo del Departamento de Bolívar.

El espíritu que afana a los organismos estatales a dar respuesta a las vicisitudes educativas colombianas está marcado por el llamado a una revolución educativa, que inicia en el Gobierno de Pastrana, y se continúa bajo los mismos parámetros en el de Uribe.

Respecto a la ley 115 se busca promover un proceso de formación tanto humano como socio - cultural que logre cimentar las bases del conocimiento y la internalización de deberes y derechos del país, y que a su vez, se tenga la oportunidad de adaptar tal abstracción a las necesidades e intereses de los actores sociales. En términos de calidad y cobertura se pretende hacer integral el servicio educativo, generando espacios participativos y de vinculación entre el Estado, la sociedad y la familia.

En lo relacionado al sujeto mismo, se promueve el el desarrollo de la personalidad y formación integral tanto física, psíquica, intelectual, moral, afectiva, espiritual como éticamente. Sobre los educandos se exige una participación activa, para lo que se vela por la formación de un gobierno escolar donde exista una interacción entre el rector, concejo directivo y concejo académico del cual se tomen las decisiones sobre el PEI.

Como complemento la Ley 30 de 1992 nos habla entre otras cosas, del tema de calidad, reafirmando que el propósito rector de la educación es velar por un desarrollo integral que permita dar respuestas a la necesidades del contexto y promover el desarrollo de la ciencia, la cultura , lo económico y lo político. Por otra parte, el Decreto 1860 de la Ley 115, hace alusión a la prestación de los servicios educativos tomando como base al modelo participativo[3], capaz, según la ley de respaldarla a sí misma en formación integral, donde los educandos tengan un lugar para desarrollarse. Los educadores serían pues, orientadores, y no solo distribuidores del conocimiento, como personaje activo en la reconstrucción del conocimiento de acuerdo a las culturas y valores morales y éticos donde labore.

Este decreto, por otra parte, habla del PEI como la fórmula para elaborar y poner en práctica proyectos de formación integral que velen por el análisis del contexto, objetivos generales, propuestas pedagógicas, plan de estudio, manual de convivencia, organización, función y formas de integración, sistema de matrícula, procedimiento de relación con otras organizaciones sociales y evaluación de recursos humanos. Y a su vez, reiteran que la importancia del gobierno escolar, donde incluyen adicional a la ley 115 a estudiantes, padres, docentes, directivos y administrativos.

Por otra parte tenemos leyes más recientes que complementan el espíritu colombiano. La ley 715 por su parte nos habla en el artículo 6to de las competencias de los departamentos asignándoles funciones de asistencia educativa, financiera y administrativa, así como la responsabilidad por su funcionamiento y calidad en la información educativa con el objeto. Este último ítem es señalado también en el documento sobre el Plan Sectorial, y aduce que el sistema de información del sector educativo debe disponer de estadísticas confiables y oportunas sobre el desempeño sectorial en todos sus niveles. Debe concebir dos niveles, uno nacional (información estadística de cobertura, calidad e inversión de educación media, básica y superior. Y nivel territorial que comprende el desarrollo del sistema de información de apoyo a los procesos operativos, de planeación y misionales de las secretarías de educación y las institución educativas. Otras de las funciones del departamento según esta ley es promover la aplicación y ejecución de planes de mejoramiento de calidad, y vigilar por los procesos de formación educativa al interior de las cárceles.

Por último, la Ley 749 de Julio 19 de 2002, en su Artículo 6to, promueve el desarrollo técnico de tal manera que pueda continuarse en la Educación Universitario, de modo que el estudiante puede avanzar sin límites en su formación.

Lo ya descrito, nos muestra un panorama que si bien no ha sido descrito con la justicia de quienes en primera instancia lo redactaron, guarda a grandes rasgos, y sobre todo elementos de pertinencia para el posterior análisis. La defensa por la formación integral, la igualdad en la oportunidad de recibir educación como por ejemplo las cárceles, la procura de la mejora de la calidad y las funciones que comprometen al departamento para tal fin, la procura de modelos participativos que promuevan formas dialógicas de desarrollo social, y alternamente partan de la heterogeneidad de nuestro pueblo, un pueblo que de por sí es multicultural y no ha aprovechado ni reconocido la oportunidad de esta diferencia. Una diferencia que como bien deja sentado Bejarano característica de la naturaleza latina a la que pertenecemos, muy seguramente, debido a la situación de crisis que por tiempos ya olvidados en cálculo, nos han caracterizado, convirtiéndose ya en un modo de vida “(...) las sociedades latinoamericanas lejos de hacerse más homogéneas tienden a hacerse cada vez más heterogéneas y complejas” (Bejarano p. 49.)

Acerca del análisis del perfil educativo del Departamento de Bolívar:

Se pretenderá a la luz de los conceptos de distintas disciplinas realizar un proceso tanto descriptivo como prescriptivo en términos de política pública con el objeto de mejorar dicho documento, reconociendo las bondades, y proponiendo complementos. Se cubrirán varios tipos de argumentaciones que van desde las encontradas que apoyan filosóficamente la revolución educativa, hasta las que soportan los distintos momentos que implica un cambio de sociogestión en la comunidad, y sobre conceptos básicos de políticas públicas en sus relaciones con la educación.

El perfil educativo del Departamento pretende fortalecer el capital humano como afirmaría Gaviria en Colombia al filo de la oportunidad, ya que reconoce en ello un interés prioritario en la continuación de la formación de los niños y su inclusión, a quienes no están por fuera del sistema. Se podría afirmar inspirado en el Plan sectorial, que hay un reconocimiento de la educación como un “factor primordial, estratégico, prioritario, y condición esencial para el desarrollo social y económico de cualquier conglomerado humano. Asimismo, es un derecho universal, un deber del Estado y de la sociedad, y un instrumento esencial en la construcción de sociedades autónomas, justas y democráticas”. (Plan Sectorial P. 3).

En las acciones programadas se evidencia un intento por erradicación de la alfabetización, para lograr la equidad entre el sector urbano y rural, y un interés por desarrollar en los habitantes, de modo contextualizado, habilidades científicas, tecnológicas, culturales y socio – económicas, como afirmaría Llinás en el texto citado. Por ejemplo, hay un afán por desarrollar habilidades técnicas en la población desplazada que le permita aspirar a desarrollar una competencia productiva que a su vez, le de sustento, y así vincularla al medio laboral. Las estrategias educativas para población especial y la etnoeducación para la población indígena refleja la búsqueda de educación contextualizada, y el interés por la calidad o pertinencia en la educación.

Zeng Zhaoyao, citado por Cuellar en su texto Democratización de la propiedad y desarrollo económico sostiene el argumento de Llinás así: “la competencia económica internacional se fundamenta cada vez más en la competencia en educación, ciencia y tecnología y gente capacitada. (Cuellar. P. 210).

Si analizamos la gestión en las políticas públicas, tomada de un texto guía denominado Gestión de políticas públicas: de las insatisfacción a la satisfacción de las necesidades, hay que ser consciente que todo intento de organización de la sociedad civil implica, como lo afirman unos cientistas sociales, entre ellos Lucila Stella, una serie de procesos que de no tenerlos en cuenta no garantizaríamos la asunción responsable de las problemáticas sociales, por parte de los actores sociales.

Estos cuatro momentos son el momento de conocimiento, que se asemeja al de diagnóstico de las políticas públicas, el momento de creación o promoción, que se relaciona con el momento de decisión de la política pública y consiste en la organización comunitaria entorno a la problemática y la respectiva repartición de responsabilidades, el siguiente momento es el de acción que tiene relación con el de dirección, y consiste en el propósito que tenga el problema definido, y por último, tenemos el momento de reflexión que tienen como propósito generar y/o confirmar el impacto que tiene la política o programa en la comunidad.

Podemos afirmar que estos cuatro momentos al menos estructuralmente se rescatan, ya que realizan un breve diagnóstico de hecho comparativo con las otras regiones del país, aunque genéricamente. Proponen a la luz de ello garantizar el ingreso de niños y jóvenes que están por fuera del sistema, para proponerse no sólo cubrir, sino mejorar la calidad, ya que esto calificaría al sector educativo de eficiente y eficaz, por cuanto a que exige adaptar los conocimientos técnicos y tecnológicos a las necesidades del contexto involucrando a indígenas, desplazados, aunque faltarían entre tantos la población carcelaria a la que no se puede suponer que están implícitos ya que hay un reconocimiento de ellos de manera especial en la ley 715. De este modo promueve el momento de creación y de acción, no quedando explícito los modos en que la comunidad son informados sobre sus oportunidades, y además, el modo cómo ellos valoran o califican dicho servicio, ya que el diagnóstico aunque estadístico adolece de los elementos cualitativos.

Si definimos las políticas públicas como en una enciclopedia de consulta de conceptos científicos de internet, como : “la disciplina de la Ciencia Política que tiene por estudio la acción de las autoridades públicas en el seno de la sociedad”. También podríamos decir que es un “curso de acción en relación a un objeto público (como los es la educación) determinado orientado a alterar las condiciones de un grupo de invidivuos, utilizando la autoridad y recursos públicos”.

Tendríamos que reconocer de mano de Jaime Ferri Durá que una política pública estudia “directamente lo que los gobiernos hacen para mejorar su actuación”, de tal modo que implique 5 características a saber: un contenido que es el sector educativo, un programa que son las tareas a realizar con los tiempos definidos como aparece en el Sector, una orientación normativa que esta guiada por las leyes que hacen parte de la revolución educativa (Ley 115, 715 ...), un factor de coerción que no lo veo presente en el texto, y sería prudente conocerlo a modo de disciplina y obligación, de forma explícita si es que implícitamente está, ya que no seria suficiente. La última característica es la competencia social, la cual hace referencia al sentido del tipo de conocimientos que se promocionan en un contexto socio – económico, que a mi parecer se cumple en la letra, dando como ejemplos los tipos de conocimientos y habilidades que proponen desarrollar en los desplazados y los indígenas. Aunque se extraña la ausencia del sector carcelario.

En palabras de Jaime Ferri Durá podemos afirmar que existe un conocimiento utilizable, aunque a mi juicio lo que compete a calidad de la educación, complementaré al final del texto en elaboración.

El reconocimiento de entidades como el SENA, de profesores capacitados con especialización, doctorados y demás, permite crear como diría Aguilar en su Estudio introductorio, una red de cuestiones donde expertos y tecnológicos describen la situación, para proyectar desde un subsistema de políticas un cambio. Quienes escriben la ley son personajes de reconocimiento nacional, hacen parte de la élite, pero a su vez, reconocen que vinculando a la población es como se puede construir un nuevo país.

EL problema está situado entre la legibilidad como reconocimiento de una ley, de modo que esa misma permita la heterogeneidad. Tal y como aparece en la cita que encabeza el análisis, el reto, dice Bejarano, no es redistribuirnos los bienes económicos sino el poder, y desde la Psicología el poder es conocimiento, es aprendizaje, pero no un conocimiento informativo, sino que desarrolle habilidades en los intereses que deseo. De esta manera, la principal preocupación del Departamento de Bolívar es preocuparse por “crear los espacios (...) para la representación, (mientras que) a la sociedad (es) a quien le corresponde llenar de contenido esos espacios, e decir, construir los actores”, (Bejararno P. 55). Para ello se debería caracterizar el discurso estadístico y hacer presente en ello a otra cantidad de personas que por inferencia, deberían estar incluidas pero bajo el número su voz y su rostro se opacan, como indigentes, personas sentenciadas a cárceles, pensionados y jubilados en quienes erróneamente Colombia no ha puesto su mirada. Es cierto que el futuro está en los jóvenes, pero nuestros jubilidados y pensionados tienen un cierto talento producto de la experiencia que serviría de soporte y utilidad para que nuestros jóvenes puedan ser más competentes.

El tema de la identidad, pues, es un tema a mi parecer fundamental, ya que de ahí se deriva nuestra visión de Estado como benefactor o nuestra disposición de asumir una responsabilidad que rompa los límites de la queja, y llegue a la proposición, a la acción, a lo prescriptivo. De esta modo, se hace urgente en el pefil sector educativo en estudio, el desarrollo de esta temática a profundidad ya que de lo contrario el hombre colombiano que está implícito en la revolución educativa se convertirá a futuro de pronto en un ser competente, con dominios tecnológicos, con facultades lingüísticas mejoradas, pero un sujeto despatriado.

Por lo tanto, si por definición de los problemas públicos entendemos las palabras de Aguilar: “(...) problemas no son datos externos, (...) sino construcciones, datos seleccionados y caracterizados con referencia a ciertos esquemas cognoscitivos y valorativos de los sujetos que los observan o experimentan (...)” ( Aguilar, p. 56-7), debemos darle el valor a los elementos cualitativos como aquellos que soportan los valores, motivaciones, intenciones de quienes participan, otorgando en realidad el papel activo que se le reconoce al individuo.

De ese modo, podemos comprender más a fondo lo que quiso transmitirnos Bula, quien citado por Torres sostuvo que en el proceso de las política públicas tuvo: “no solo que encontrar los imaginarios colectivos que nos permiten aprovechar creadoramente los espacios democráticos que ofrece y despeja la Ley General, sino también empezar a socializarlos en la comunidad” (Torres. p. 228).

Sin este tema de fondo, se hace imposible la pretensión de Ocampo, cuando hace alusión a la exigencia de una “dialéctica entre una nueva Constitución, que reclama más Estado como mecanismo para superar la crisis institucional, y un Plan de Desarrollo, que diagnostica la necesidad de menos Estado (...)” (Ocampo. p. 5). Esta imposibilidad obedece a que no se puede concebir un proceso democrático sin la responsabilización, o lo que llamamos socio-gestión desde la Psicología social, de un pueblo que pretenda empoderarse para reclamar más que la solución de sus problemas, la oportunidad para resolverlos por sí solos. Cuando se tienen los recursos y no se tiene identidad se franquean los fines de las soluciones, se limitan.

Hemos tocado un tema que de alguna manera roza con el afán por el Departamento de Bolívar de definir tareas y prioridades específicas de educación a sus municipios, y es en el afán de hacerlos más competentes, pero la voz se pierde en un espacio inmenso demandante de contenido, a saber: la competencia, la vocación. No existe motivación si no se sabe el para qué de un asunto político, y este para qué debe estar orientado a la satisfacción de una demanda peculiar. De este modo, redistribuimos conocimiento, redistribuimos poder y con el podemos hablar entonces de participación ciudadana.

En el texto Políticas públicas, participación ciudadana y poder local se presenta participación ciudadana como la responsabilidad civil dentro de los espacios que otorga el Estado, y se entiende esta como: “el involucramiento e incidencia de la ciudadanía (y la población en general) en los procesos de toma de decisiones, en temas y actividades que se relacionan al desarrollo económico, social y político, así como el involucramiento en la ejecución de dichas decisiones", para promover en conjunto con actores sociales e institucionales acciones, planificaciones y decisiones hacia el Estado” (Internet). No es coherente involucrar a los desplazados a un sistema de desarrollo tecnológico si no les permitimos intentamos adaptar el sistema a su cultura, y no al contrario, y permitirles un desarrollo de su cultura dentro de la receptora. La responsabilidad del Estado[4] si no es capaz de garantizar la seguridad, debe entonces de no impedirle surgir al interior de un nuevo sistema. La critica va dirigida hacia la imposibilidad de garantía que el Estado puede dar a un subsistema de vida con intereses más agrarios que modernos, y la imposición de un sistema tecnológico que lo único que hace es aumentar una futura mano trabajadora que pasa a ser el engranaje de un sistema capitalista al que si bien siempre han pertenecido, lo han hecho desde sus herramientas y acervos culturales.

Aportes desde la psicología al tema de la educación:

Una propuesta acerca de qué retos y formas pueden adecuarse para la mejora de las políticas públicas en educación no sólo en el Dpto. de Bolívar, sino a nivel Nacional, las podemos encontrar, en un psicólogo educativo llamado Jerome Bruner. De acuerdo a éste autor, son tres los factores a tener en cuenta en la acción educativa, ya que problematizan el proceso: uno, que es el problema del contexto, el cual consiste en el proceso de filtración debida de la estructura básica a transmitir. El riesgo imperante es la desnaturalización del conocimiento, es decir, el transmitir lo periférico del conocimiento, o lo no útil de este en el contexto en particular donde se transmite. El reto que hace referencia a la mutación, donde me doy a la tarea de contextualizar sin dejar perder la esencia de lo abordado. Y respecto a que el conocimiento es poder, se afirma que quien conoce, tiene el poder, y es por ello que para Bruner el ejercicio de construcción cultural desde los procesos de enseñanza – aprendizaje son una manera de hacer política. Desde esta manera, “la educación es una forma de diálogo, una extensión del diálogo en el que el niño aprende a construir conceptualmente el mundo con la ayuda, guía de un adulto”[5].

Donde se hable de consenso, de diálogo, se habla necesariamente de política y donde se habla de educación, se hace referencia a procesos de enseñanza – aprendizaje, donde se evidencia la dialéctica entre quienes son educados por quienes educan, y la manera como los que se encuentran en proceso de educación son partícipes principales de la construcción de sus conocimientos. Toda reforma educativa tiene implicaciones sociales, políticas y económicas, como afirma Palacios, y es en el consenso donde se validan dichos procesos:

“cada generación se ve obligada a definir de nuevo la naturaleza, la dirección, y los objetivos de la educación para asegurar la libertad y racionalidad que pueden lograrse para la generación futura (...) Lo cual significa que cada generación debe ajustar la educación a las nuevas exigencias impuestas por los cambios, por lo que la educación, tal como Bruner lo señala, es proceso de constante invención” [6]

En el modelo alternativo, cuando se hace referencia al ciudadano colombiano, se plantea un propósito que debe ser de alguna manera tener como indicador principal de logro, el hecho que los ciudadanos desarrollen la habilidad de significar los contenidos del proceso de enseñanza – aprendizaje en función de su utilidad personal y social.

Bruner se refiere a esta metodología, como Negociación de Significados, que se propone por quien escribe, como herramienta pertinente para facilitar el propósito de la formación del ciudadano colombiano. Esta metodología provee a la acción educativa de una política social “que se deriva del consenso que se refiere a la distribución del poder de la sociedad”[7]. De esta forma, cultura y educación se integrarían al proceso de socialización en el que se incluyen distintas dinámicas de orden político y económico que apuntan al desarrollo integral del ser humano. Este desarrollo integral, sea menester aclarar, no tendría por presupuesto un fin determinado, sino un inicio[8] constituyente, ya que el diálogo siempre queda abierto a la experiencia del devenir de la cotidianidad.

Alterno a respetar un proceso de individuación, se conlleva este crecimiento dentro de un marco de socialización. Es, como se afirmó anteriormente, que la cultura da cabida a un desarrollo personal, ya que se establece como esencia de la cultura la diferencia, por medio de la cual se permite el diálogo, y en su ejercicio se reconstruye. A esto Bruner argumenta así:

“Por lo tanto, el individuo debe separarse conceptualmente a sí mismo del grupo; debe volverse autoconsciente, debe saber que tiene un punto de vista particular sobre las cosas, una cierta individualidad” [9]

En aras de compilar una evidencia psicológica a lo afirmado como propuesta de apoyo para la Propuesta de Uribe, podemos ver cómo la estructura psicogenética propuesta por Piaget y el planteamiento del desarrollo intelectual de acuerdo a la cultura propuesta por Vygotsky conllevan a una dialéctica indisoluble. Bruner condensa estas posturas, desde la validación de la visión piagetana en términos de formato[10] (esquemas mentales) y la visión vygotskiana en términos de cultura, entendida esta como el procedimiento de símbolos, conceptos y distinciones que el niño desarrolla en el acto mismo de dominar el lenguaje[11].

Si se plantea el diálogo como espacio de reconstrucción de nuestra cultura, y apoyo, por ende, a la base del desarrollo social, estamos abriendo la educación a un papel político que aumente la conciencia del rol del colombiano en el proceso de paz. Luis Carlos Restrepo, en su libro Proyecto de un arca para un diluvio de plomo, plantea que “la paz no nace de superar los conflictos sino de darles nuevo cause para su expresión”[12], y es el diálogo la vía de tal proceso. Sin embargo, no se puede pretender determinar la eficiencia de esta herramienta, ya que caeríamos en el error del voluntarismo (confianza excesiva en que el uso de la razón lleva a la libertad y la conciencia social ) en el que cayeron pensadores como Marx, Habermas, entre otros, y en el que Uribe se circunscribe al considerar la educación y la cultura como suficientes para dar solución a la problemática que de actual no tiene nada.

Respecto al método de Negociación de Significados, habría que decir en este proceso, el niño pese a que su vía de ingreso es el formato, no pretende el desarrollo de la sintaxis, sino el semántico, ya que por medio de la participación le desarrollan las habilidades y requerimientos básicos que se le exigen en la “comunidad hablante”.

La problemática histórica a la que nos enfrentamos desde la centralización del Estado es uno de los múltiples factores políticos que afectan directamente la tan pretendida equidad de la acción educativa, adicionando a esto la libertad que cada sujeto ejerce sobre sus propias pulsiones, siendo eso justamente lo que lo hace libre. De esta manera, actualizaríamos la propuesta del Contrato Social de Rouseau en una postura donde el Estado no sea quien otorgue identidad y sentido al individuo, afirmando que es el sujeto en su libre elección, entendiendo por esta el conocimiento de todas las posibilidades, participar o no el proceso democrático.






BIBLIOGRAFÍA

Textos

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RESTREPO, Luis Carlos. Proyecto de un arca para un diluvio de plomo. Arango. 1997.

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Reforma del estado y desarrollo económico y social en Colombia. Texto de apoyo académico. Maestría en Desarrollo Social. Universidad del Norte: Barranquilla. 2004.

Políticas publicas para mejorar la salud y la educación de las personas. Texto de apoyo académico. Maestría en Desarrollo Social. Universidad del Norte: Barranquilla. 2004.

Educación y desarrollo económico. Texto de apoyo académico. Maestría en Desarrollo Social. Universidad del Norte: Barranquilla. 2004.

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Perfil del sector educativo. Dpto. de Bolívar. Distrito de Cartagena. Municipio Certificado de Magangue.

Plan Sectorial


[1] “Así mismo, el informe estadístico se completa con un reporte sobre el nivel de pobreza que registra el país y los resultados de la encuesta Nacional de Calidad de Vida del Dane 2003, que involucra las variables de empleo, necesidades básicas insatisfechas (NBI), educación y nutrición (...)” Revista la Nota económica p. 46.
[2] “Cuando las tasas de escolaridad son bajas, son los niños pobres quienes probablemente no reciben educación” CUELLAR. Democratización de la propiedad y desarrollo económica p.208
[3] Lo que el estado no puede continuar patrocinando es un monopolio sobre el sistema educativo y un monopolio de las organizaciones de maestros que impide en gran medida la creación de incentivos, la creación de estímulos y la innovación en el sistema educativo” (TORRES. Política educativa de la administración Pastrana Arango 1998 - 2002. P. 194).
[4] La política social es una respuesta del Estado frente a la desigualdad. (...) tendientes a crear oportunidades para facilitar el acceso de la comunidad al desarrollo y la modernidad. (TORRES. Política educativa de la administración Pastrana Arango 1998 - 2002. P. 221).
[5] www.vc.ehu.es/campus/centros/e.g.b./deptos-e/zona1/apuntes/psieducacion/bruner.htm
[6] http://www.lafacu.com/apuntes/psicologia/Teoria_de_educacion_Brumer/default.htm.
[7] BRUNER, Jerome. La importancia de la educación. España: Piados. 1988. P. 112.
[8] (...) inicialidad. Llamamos ser inicial (...) a algo que aún no está orientado en este o aquel sentido, hacia este o aquel fin, ni tampoco de acuerdo con esta o aquella representación. Esto significa que aún son posibles muchas continuaciones - dentro de ciertos límites, por supuesto -. Quizá sea éste, y ningún otro, el verdadero sentido de "inicio". Conocer algo en su inicio significa conocerlo en su juventud, término con el que nos referimos, en la vida del hombre, a la fase en que aún no están dados los pasos concretos y determinados del desarrollo" GADAMER, Hans-Georg. El inicio de la filosofía occidental. España: Paidós Studio. 1999.p. 22
[9] Ibid. P. 62.
[10] “El concepto de formato desarrollado por Bruner trata de cómo el niño pasa de la comunicación no verbal a la verbal, con la ayuda y guía de unos adultos. Lo característico del formato es que se trata de una relación social especial” www.vc.ehu.es/campus/centros/e.g.b./deptos-e/zona1/apuntes/psieducacion/bruner.htm
[11] “El lenguaje, en consecuencia, no puede ser entendido sino es en su contexto cultural” BRUNER, Jerome. El habla del niño: Cognición y desarrollo humano. España: Piados. 1995.p. 132.
[12] RESTREPO, Luis Carlos. Proyecto de un arca para un diluvio de plomo. Arango. 1997.

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