miércoles, 18 de julio de 2007

Programas de atención a población en condición de desplazamiento.

Autores: Jean David Polo
Leonardo Celis
Marco A. Turbay

“Cuando, pobres individuos, vemos disolverse nuestra vida
en meros momentos, arrebatada en la incoherencia de azares
y sucesos sobrecogedores, (...), tratamos de elevarnos sobre
nosotros mismos superando a la vez la historia entera”
KARL JASPERS.



La violencia en Colombia ha sido una condición en la que muchos colombianos hemos crecido, por más de 5 décadas, veredas, pueblos y municipios enteros han estado en condiciones de guerra, las cuales han hecho de su forma de vivir una tragedia de inmensas magnitudes.

Una de las múltiples consecuencias de esto es la condición y situación de desplazamiento forzoso, sobre esto la Ley 387 de 1997 aclara: “ARTICULO 1o. DEL DESPLAZADO. Es desplazado toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: Conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos Humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público.” Lo cual pone a estas personas en situaciones difíciles, que van desde dificultades en la movilización, hasta la muerte cuando ellos no cumplen la orden de partida.

Mas adelante cuando llegan a los sitios donde se ven llevados por las situaciones tienen que encajar, con diferentes reglas, roles y situaciones sociales, los cuales no pueden hacer frente por la problemática, primero de adaptación y luego la político-económica que vive actualmente el pueblo colombiano. Es mas en algunos casos la discriminación y el ostracismo son “el pan de cada día” de estas familias, ya que no se les brindan las oportunidades de salir adelante, puesto que frases como “por algo los desplazaron de su pueblo” son el cotidiano manejo y clausura aún más sus posibles salidas, acrecentando el problema social colombiano.


De igual manera cuando llegan a la ciudad se encuentra con instituciones, en especial del estado, que sea por problemas en el presupuesto, en la atención y en su capacidad de dar soluciones, no aportan de manera contundente ante la avalancha de personas que vienen desplazadas.

La situación así descrita se observa con especial crudeza en el departamento del Atlántico y particularmente en su capital, el Distrito de Barranquilla, zonas que por su tradicional situación marginal respecto a la dinámica del conflicto armado, se constituyen en destinos de preferencia de la Población en situación y condición de desplazamiento, situación que es atestiguada por los datos recopilados por ACCIÓN SOCIAL: En el área metropolitana, se encuentran asentamientos claros donde se están ubicando las personas en estado de desplazamiento, en diversos barrios del distrito de Barranquilla en especial los del sur de la ciudad, tales como Siete de Abril, El Pueblito, Las Malvinas, Los Olivos, El Bosque, Santo Domingo, Loma Roja, Las Flores, Barlovento, Villa Nueva, Pinar del Río (el kilómetro 7), La Ciudadela y el barrio Paz. En el municipio de Soledad están en los sectores de Villa Sol, Villa del Rey, Don Bosco, Villa Rosa, Villa Carla, Villa Valentina, Villa Selena y La Central. Lo mismo en Malambo donde hay mayor afluencia en Villa Esperanza, Villa Campo y Villa Esther.

Según la Ley 387 de 1997 el estado esta obligado a velar, en lo referente al desplazamiento forzoso a 4 etapas referentes a su atención:
1. Según el Articulo 14 la Prevención.
2. Luego en articulo 15. habla de la atención humanitaria de emergencia.
3. Mas adelante el articulo 16. busca velar por el retorno.
4. Finalmente el articulo 17. de la consolidación y estabilización socio- económica.

Esta ruta solo es posible si hay una real conexión entre las diferentes instituciones, tanto del estado como Organizaciones No Gubernamentales (O. N. Gs.), que brindan apoyo en los diversos programas que en estos momentos, desde diferentes perspectivas ideológicas, las cuales no siempre es conciente el gobierno nacional de las intenciones en ellas manejadas. Algo que si es claro es que la atención es brindada a estos grupos humanos en medio de condiciones, tanto personales cómo grupales que necesitan un proceso de seguimiento continuo, en especial del apoyo dado a los más necesitados.

Luego, en el mejor de los casos entran a programas de apoyo, los cuales en la actualidad van desde la asistencia alimentaría de emergencia, como manifiesta el Articulo 15 de la ley 387, hasta programas de apoyo económico como pide la misma Ley. Algunos de estos programas brindan el componente de atención psicosocial como eje complementario al proceso, donde en teoría, se debe dar apoyo emocional, cognitivo y en función de la reconstrucción del tejido social.

Algunos de estos programas, en los que se trata la emergencia que produce el desplazamiento, se ven acciones, que si bien intencionadas son, en algunos casos tienen la idea de dependencia, donde se le da a la persona, pero no se les fortalece hacia la autonomía, la autogestión y la sociogestión. Son programas donde se les brinda el alimento, que si bien en las condiciones que muchos de ellos llegan es prioritario, luego no brindan acompañamiento en los proceso, que en los núcleos de estas personas y sus familias se vienen gestando.

Un buen ejemplo de lo anterior, es que algunos de los operadores utilizados en la actualidad, hacen que los “talleres” se manejen en su gran mayoría los días de las entregas de alimentos, lo cual pudiese generar en las personas la relación de: “solo escuchando la charla me dan la comida”, lo cual es en si mismo contrario a un verdadero proceso de integración social, de esta manera el componente de atención psicosocial no tiene la preponderancia ni las implicaciones que podría tener.

Otra escenario importante que se puede contemplar es el referente a los procesos de acompañamiento personalizado, el estado no tiene estadísticas reales cómo se llevan los procesos, por parte de las personas que están encargadas directamente de la atención de estos grupos humanos.

Ahora bien, partiendo en un primer momento, de las situaciones psíquicas individuales, del contexto socio-político en el que se desarrollan los sujetos y en el que tienen que desenvolverse, a causa de la situación del desplazamiento, podría llegar a comprenderse mucho del ser-ahí del sujeto, mostrando la importancia y lo perentorio de hacer intervención psicosocial, en especial de manera integral, que cumpla con las reales problemáticas de la población.

Sobre lo anterior surge un concepto que poco es tomado por los que atienden a las victimas de la violencia, lo cual ha sido visto por psicólogos de la talla de Ignacio Martín- Baró y más recientemente por Amalio Blanco el cual nos aclara: “1. El trauma psicosocial, como cualquier fenómeno psicológico, posee un carácter dialéctico; es el resultado de un complejo proceso de relaciones en el que están implicados el sujeto y los procesos y acontecimientos sociales a gran escala que lo rodean,(...).
2. Al defender el origen social del trauma, se hace necesario mirar texto que de la cobertura, a la estructura que lo origina, lo institucionaliza y lo mantiene. En el caso de la violencia política, esta atención se hace no sólo necesaria, sino imperiosa. No se trata sólo de mirar «fuera» del sujeto, sino de mirar lo que ha venido ocurriendo «antes», prestar atención a la situación pre-traumática, porque es en ella donde se encuentran algunas de las claves del daño psicológico que arrastra, y todas las claves del desorden social que acarrea. (...)
5. La naturaleza psicosocial del trauma se refleja asimismo en el hecho de que la herida no sólo afecta a las personas, sino a su mundo de relaciones sociales, a las estructuras e instituciones sociales dentro de las cuales se ubican los sujetos.” (Blanco, A. Et. Al. 2005. 291), es por esto que las atenciones solo centradas en lo individual están condenadas al fracaso.

De estos procesos algunos programas como lo son los de arriendos, brindar documentación e identificaciones en los registros públicos, brigadas de salud organizadas tanto por el estado como por las O. N. Gs., las actividades recreacionales, lúdicas y deportivas; es decir toda una gama de ofertas, las cuales deberían brindar nuevas oportunidades a las personas en esta situación.

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